sábado, 25 de agosto de 2012


La salida de la crisis económica

Amando de Miguel nos presenta un análisis distinto de lo que es la crisis económica y sus perspectivas de salida. Es un punto de vista cuanto menos diferente de lo que hemos venido contemplando en tertulias y púlpitos políticos.
Esta tesis, viniendo del prestigioso profesor universitario, tiene un valor añadido por su condición de sociólogo. Lean porque es muy curiosa, cuanto menos.


  La crisis económica que nos abruma no se ha debido a la codicia de los mercados, los especuladores o los banqueros. Ni siquiera se debe a la mala gestión de los Gobiernos. Todos esos son factores accidentales. La causa fundamental se aloja en el comportamiento de la sociedad. Ha sido en todas partes una sociedad hedonista, poco interesada por el esfuerzo o la emulación. Por lo menos en España eso ha estado muy claro. Por tanto, la reactivación económica tiene que venir por un cambio de mentalidad y de valores del conjunto de la población. Como eso es muy lento y muy difícil, hay que basarse en algunos apoyos de los factores más dinámicos que ya están operando. Se trata de reforzarlos todavía más por la acción pública y la privada.

            Hace cien años la actividad fabril en España se concentraba en unas pocas localidades de Cataluña, el País Vasco, Asturias y algunos puntos más. Hoy esa iniciativa transformadora y exportadora se reparte por todas las regiones. Hace solo una generación la actividad de las empresas españolas se dirigía fundamentalmente al consumo interior. Hoy exportan a medio mundo. Algunas son plenamente multinacionales.

            España siempre ha sido la tierra que más misioneros ha dado a la Iglesia Católica. Hoy sigue siendo así, pero se añade una nutrida hueste de voluntarios, cooperadores laicos y estudiantes en el extranjero. Tradicionalmente se consideraba que los españoles eran insolidarios, quizá por la pobreza general. Hoy tenemos el ejemplo de la donación de órganos para trasplantes, un sistema que funciona admirablemente. Por cierto, sigue siendo una competencia del Estado central. Es un caso notable de altruismo.

            La crisis económica ha logrado un efecto paradójico. Ha contribuido a una cuidadosa racionalización de los gastos de los hogares. Se ha creado una conciencia de ahorro, de no derrochar los recursos. Es una virtud imprescindible para la reactivación económica.

            En el  mundo empresarial sobresale ahora la figura del emprendedor, que es el que incorpora algunos de los rasgos de las profesiones liberales. Se añade la disposición a innovar, a desarrollar actividades con el máximo valor añadido. Muchos de los nuevos emprendedores se han formado en las Escuelas de Negocios (con distintos nombres). Son las instituciones educativas que han alcanzado el máximo nivel internacional.

            Esos y otros factores dinámicos son el necesario impulso para la deseada reactivación. Vale


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