miércoles, 24 de agosto de 2011

Otro capón para Zapatero


Zapatero sigue haciendo amigos. Cada vez que abre la boca es para "cagarla" más. Por ello, cada día le dedican nuevos escritos en internet. Le dedican a él y a su desgobierno de Pepiños, Pajimes y Bibianas.... Ni ellos podían llegar a más y España a menos. Y sin olvidarnos del lugarteniente de Zpara, el ínclito Rubalcaba, fredi el químico, o simplemente Alfredo. El de los Gal, el 11-M o el Faisan.





No quiero, señor presidente, que se quite de en medio sin dedicarle un recuerdo con marca de la casa. En esta España desmemoriada e infeliz estamos acostumbrados a que la gente se vaya de rositas después del estropicio. No es su caso, pues llevan tiempo diciéndole de todo menos guapo. Hasta sus más conspicuos sicarios a sueldo o por la cara, esos golfos oportunistas -gentuza vomitada por la política que ejerce ahora de tertuliana o periodista sin haberse duchado- que babeaban haciéndole succiones entusiastas, dicen si te he visto no me acuerdo mientras acuden, como suelen, en auxilio del vencedor, sea quien sea. Esto de hoy también toca esa tecla, aunque ningún lector habitual lo tomará por lanzada a moro muerto. Si me permite cierta chulería retrospectiva, señor presidente, lo mío es de mucho antes. Ya le llamé imbécil en esta misma página el 23 de diciembre de 2007, en un artículo que terminaba: «Más miedo me da un imbécil que un malvado». Pero tampoco hacía falta ser profeta, oiga. Bastaba con observarle la sonrisa, sabiendo que, con dedicación y ejercicio, un imbécil puede convertirse en el peor de los malvados. Precisamente por imbécil.



Agradezco muchos de sus esfuerzos. Casi todas las intenciones y algunos logros me hicieron creer que algo sacaríamos en limpio. Pienso en la ampliación de los derechos sociales, el freno a la mafia conservadora y trincona en materia de educación escolar, los esfuerzos por dignificar el papel social de la mujer y su defensa frente a la violencia machista, la reivindicación de los derechos de los homosexuales o el reconocimiento de la memoria debida a las víctimas de la Guerra Civil. Incluso su campaña para acabar con el terrorismo vasco, señor presidente, merece más elogios de los que dejan oír las protestas de la derecha radical. El problema es que buena parte del trabajo a realizar, que por lo delicado habría correspondido a personas de talla intelectual y solvencia política, lo puso usted, con la ligereza formal que caracterizó sus siete años de gobierno, en manos de una pandilla de irresponsables de ambos sexos: demagogos cantamañanas y frívolas tontas del culo que, como usted mismo, no leyeron un libro jamás. Eso, cuando no en sinvergüenzas que, pese a que su competencia los hacía conscientes de lo real y lo justo, secundaron, sumisos, auténticos disparates. Y así, rodeado de esa corte de esbirros, cobardes y analfabetos, vivió usted su Disneylandia durante dos legislaturas en las que corrompió muchas causas nobles, hizo imposibles otras, y con la soberbia del rey desnudo llegó a creer que la mayor parte de los españoles -y españolas, que añadirían sus Bibianas y sus Leires- somos tan gilipollas como usted. Lo que no le recrimino del todo; pues en las últimas elecciones, con toda España sabiendo lo que ocurría y lo que iba a ocurrir, usted fue reelegido presidente. Por la mitad, supongo, de cada diez de los que hoy hacen cola en las oficinas del paro.


Pero no sólo eso, señor presidente. El paso de imbécil a malvado lo dio usted en otros aspectos que en su partido conocen de sobra, aunque hasta hace poco silbaran mirando a otro lado. Sin el menor respeto por la verdad ni la lealtad, usted mintió y traicionó a todos. Empecinado en sus errores, terco en ignorar la realidad, trituró a los críticos y a los sensatos, destrozando un partido imprescindible para España. Y ahora, cuando se va usted a hacer puñetas, deja un Estado desmantelado, indigente, y tal vez en manos de la derecha conservadora para un par de legislaturas. Con monseñor Rouco y la España negra de mantilla, peineta y agua bendita, que tanto nos había costado meter a empujones en el convento, retirando las bolitas de naftalina, radiante, mientras se frota las manos.


Ojalá la peña se lo recuerde durante el resto de su vida, si tiene los santos huevos de entrar en un bar a tomar ese café que, estoy seguro, sigue sin tener ni puta idea de lo que vale. Usted, señor presidente, ha convertido la mentira en deber patriótico, comprado a los sindicatos, sobornado con claudicaciones infames al nacionalismo más desvergonzado, envilecido la Justicia, penalizado como delito el uso correcto de la lengua española, envenenado la convivencia al utilizar, a falta de ideología propia, viejos rencores históricos como factor de coherencia interna y propaganda pública. Ha sido un gobernante patético, de asombrosa indigencia cultural, incompetente, traidor y embustero hasta el último minuto; pues hasta en lo de irse o no irse mintió también, como en todo. Ha sido el payaso de Europa y la vergüenza del telediario, haciéndonos sonrojar cada vez que aparecía junto a Sarkozy, Merkel y hasta Berlusconi, que ya es el colmo. Con intérprete de por medio, naturalmente. Ni inglés ha sido capaz de aprender, maldita sea su estampa, en estos siete años

viernes, 19 de agosto de 2011

El Papa censura a los que "se creen dioses" y deciden quién puede vivir


En su discurso tras una multitudinaria bienvenida, ha pedido rezar por los que actúan "como dioses" sin tener más raíz que ellos mismos.


En su discurso desde Cibeles, el Papa Benedicto XVI ha agradecido el recibimiento recibido: "Es una inmensa alegría encontrarme aquí con vosotros, en el centro de esta bella ciudad de Madrid". La capital de España, ha dicho, se ha convertido "también en capital de los jóvenes del mundo y donde toda la Iglesia tiene puestos sus ojos". El Papa ha celebrado que con la presencia de los peregrinos "el nombre de Cristo resonará por todos los rincones de esta ilustre Villa". También ha pedido rezar "para que su mensaje de esperanza y amor tenga eco también en el corazón de los que no creen o se han alejado de la Iglesia".

Benedicto XVI también ha tenido palabras de agradecimiento para la Iglesia española y las autoridades "nacionales, autonómicas y locales" así como a todos los fieles. "A todos os saludo cordialmente en el Señor y os reitero que es una gran dicha estar aquí con todos vosotros". "Que la llama del amor de Cristo nunca se apague en vuestros corazones", ha dicho a la multitud.

La libertad, en Cristo

Tras la lectura de los Evangelios, el Papa ha dirigido nuevas palabras a los fieles, pidiéndoles que la palabra de Dios "sea espíritu de vida" y "raíces que alimenten" sus pautas de conducta". Ha censurado a los que "se contentan con seguir las modas", olvidando "la Justicia verdadera" o "se refugian en pareceres propios en vez de buscar la verdad sin adjetivos".

"Hay muchos que creyéndose dioses piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto, decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias", ha dicho el papa a los miles de jóvenes reunidos en la céntrica plaza.

El Obispo de Roma ha agregado que "esos que se creen dioses" se dejan llevar por el impulso de cada momento y ha advertido a los jóvenes que esas "tentaciones están siempre al acecho". "Es importante no sucumbir a ellas porque en realidad conducen a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes, una libertad sin Dios", ha señalado.

El anciano pontífice, de 84 años, ha exhortado a los jóvenes a ser prudentes y sabios y a edificar sus vidas sobre el cimiento firme que es Cristo y a escuchar a Jesús "cuyas palabras no se las lleva el viento, sino que llegan al corazón y fraguan toda la vida".

El papa ha pedido a los peregrinos: "Queridos jóvenes, escuchad a Cristo, el único amigo que no defrauda y con el que queremos compartir el camino de la vida". "Sabemos que cuando no se camina al lado de Cristo nos dispersamos por otras sendas, como la de nuestros propios impulsos ciegos y egoístas, las propuestas halagadoras pero interesadas, engañosas y volubles que dejan el vacío y la frustración tras de sí", ha añadido.



viernes, 12 de agosto de 2011

El adiós, momentaneo, a una fiesta internacional

La Raimà es una original cita que todos los años se da en la Pobla del Duc, cuya actividad gira entorno a la riqueza agroalimentaria y la diversidad de productos típicos del municipio.


Por ello, el Partido Popular de la Pobla del Duc no da crédito a las declaraciones del actual alcalde del municipio, el socialista Vicente Parra, con respecto a dicha fiesta. Una fiesta que no sólo ha experimentado crecimiento en cada una de sus ediciones sino que ha dado a conocer este municipio a nivel autonómico, nacional e internacional y que se ha consolidado en tan sólo cinco ediciones.

Y para muestra un botón, cada año han venido más personas y cada año más medios de comunicación con la promoción inestimable que ello conlleva, a lo largo de estos años han sido muchos los poblanos que viven en otras partes de España y en el Extranjero, han podido ver y escuchar con orgullo a su pueblo a través de los canales de televisión nacionales (la 1, la 2, antena 3, Tele 5, cuatro, la sexta, etc.), Televisiones autonómicas ( Canal 9, Tele Madrid, etc), televisiones comarcales, Internet, radios y prensa. Un equipo de Canal 5 de Moscú estuvo grabando una edición de nuestra fiesta.

Además, el Partido Popular, le recuerda al actual equipo de gobierno que esta fiesta está íntimamente ligada a la tradición vitivinícola de la localidad, de hecho, la clave del éxito de esta iniciativa es que cuenta con el apoyo popular registrando altos índices de participación, contando con el respaldo económico de las Instituciones, organismos, la ciudadanía, las empresas patrocinadoras y las administraciones públicas contribuyendo todos a su éxito. Eso sí, es TRABAJO conseguir subvenciones y es TRABAJO organizarla y promocionarla. Se trata de una evidente falta de ganas de trabajar y de disposición para hacerlo. Pero el Partido Popular no le da la espalda ni al trabajo, ni mucho menos a su pueblo.

Increíble que entre otras excusas para no celebrarla diga que “no hay porqué gastar esa cantidad en una Raimà que muchos ni siquiera la disfrutan”, La Raimà es y será para los poblanos y poblanas, así como toda la gente que nos visite, una cita llena de orgullo y nunca a representado ningún problema social ni mucho menos económico, todo lo contrario. Que se lo pregunten a bares, restaurantes, vecinos y comercios en general

Es una fiesta que el anterior equipo de gobierno popular de la Pobla del Duc ha apoyado desde el principio, tal vez es ahí donde radique realmente el dilema y no en su coste “totalmente erróneo y desmesurado”.

Basta con leer la prensa, porque sin ir más lejos el dia 3 de agosto en un periódico nacional situaban a la Raimà como una de las 17 fiestas más importantes a nivel nacional durante el mes de agosto. Comparándola con las fiestas Colombinas, la fiesta del Pulpo, la Cordá de Paterna, el Misterio de Elx, la tomatina, el descenso del Sella, etc.

Por este motivo, desde Partido Popular de la Pobla del Duc manifestamos no sólo nuestro malestar ante la supresión de la Raimà sino también nos hacemos eco del malestar de muchos poblanos que este año, muy a su pesar, se quedaran sin esta fiesta tan popular.

Lo más lamentable de esta historia es que los mandamales de este municipio no valoran el daño que están haciendo al pueblo con esta y otras decisiones que vendrán con la idea de "meter el dedo en el ojo" al contrincante político. Le vienen cuatro años malos a La Pobla del Duc, que van a quedarse detrás de otros municipios con alcaldes mucho más avispados.



miércoles, 3 de agosto de 2011

Zapatero, inutil profesional. Rubalcaba, socio inseparable de todo el desastre ec onómico, social e institucional

He encontrado este artículo en internet y como me parece muy interesante, pues lo cuelgo para vuestro disfrute. Tiene gran actualidad en estos momentos en que se ha ido agravando la enfermedad de este pais antes llamado España. Y pregunto ¿quien le pone el cascabel al gato? Si Zapatero no es capaz, por qué espera 4 meses para las elecciónes. Es evidente que están esperando un gesto de ETA, que compense todo lo que está sucediendo a nivel judicial en este pais.


Ahora llega lo más difícil



Un Gobierno muerto en vida o con la Parca en la puerta tiene muchos inconvenientes. El primero es que hiede: su función residual o deporte vitando es el "Sálvese quien pueda" y ese espectáculo nunca resulta agradable de ver, oír, tocar, oler y paladear. Lo peor de la condición humana se manifiesta en forma de ingratitudes y de homenaje a las célebres ratas que son las primeras en abandonar el barco, aunque, por la cantidad de veces que las vemos hacerlo, diríase que nunca dejan de empezar a huir porque jamás las vemos concluir su hazaña. Pero el inconveniente más grave de un Gobierno sin enterrar es que, por muy necesario que sea tomar decisiones importantes, nunca suele tomarlas; porque no puede, porque no sabe o porque no le dejan. El primer síntoma de la muerte política es la catatonia.

El espectáculo de las bibianas y los ibarras agenciándose un futuro mollar a costa del Presupuesto no puede sorprendernos. Por lo que ya sabíamos y por lo que vamos sabiendo en materia de déficit oculto –corrupción al por mayor con el agravante de ocultamiento, alevosía y nocturnidad–, la época de Zapatero es la más corrupta de la historia moderna de España. Sólo la corrupción de las instituciones políticas supera la criminalidad civil de robar a los ciudadanos cuando no pueden defenderse, es decir, cuando han pagado impuestos y el dinero público está en manos de parlamentos y ayuntamientos, creados para el control pero fosas comunes del descontrol. En el zapaterismo se ha robado tanto que ni siquiera sabemos todo el dinero que falta, aunque será más que el anunciado y el barruntado. ¿Cabe mayor corrupción?

Cabe, cuando un país está en quiebra y sus acreedores le perdonan temporalmente lo que debe a cambio de poner orden en sus ingresos y gastos, de sanear su Hacienda. Esa es la situación de España desde mayo de 2010 y, pese a todas las promesas de este Gobierno, ni una sola de las reformas anunciadas se ha llevado hasta el final. Algunas, ni siquiera han empezado. Y acaso la más importante, la del mercado laboral, ha sido precautoriamente suspendida poniendo a un sindicalista a cuidar de los desmanes del sindicalismo oficial. Ahorraré la referencia a la zorra y las gallinas. Mucho y muy malo es lo que ha hecho Zapatero pero muchísimo peor es lo que no ha hecho, lo que, tras perder año y medio, deja sin hacer.

Sin embargo, un Gobierno tan hediondo, tan desacreditado, tan impotente, tan de risa como el de ZP tiene una ventaja: genera y generaliza la ilusión de que, con su desaparición física, empezarán a arreglarse las cosas. Y esa es, en mi opinión, la última herencia ruinosa del zapaterismo: creer que tras él todo tiene remedio; que bastará cambiar de Gobierno para que esto que antiguamente llamábamos España cambie a mejor. Ahora es cuando empieza la cuesta arriba. Y ya veremos si la situación puede mejorar y si dejan que mejore los que la han dejado inerte, los que han muerto matando, los enterradores de la nación.

Yo no espero milagros de Rajoy, porque en política rara vez los hay y en política económica no los hay nunca. Pero lo primero con que tendrá que lidiar el líder del PP es que empiecen a exigirle acciones de Gobierno antes de ganar las elecciones. Los cuatro meses que faltan para las urnas se harán eternos, y como nadie va a pedirle cuentas al muerto, o sea, a Zapatero, se las pedirán al vivo, o sea, a Mariano. Psicológicamente –y también desde el punto de vista electoral– será un proceso de desgaste brutal. Eso, antes de empezar siquiera a gobernar.

Va a ser tan largo, tan aburrido, tan desesperante este tiempo bobo de la espera electoral que fatalmente irá menguando esa esperanza irracional, pero real, difusa pero poderosa que todo cambio trae consigo. Zapatero se va, pero dejándonos un último regalo envenenado: perder la ilusión en lo nuevo, en lo que ha de venir, en lo que debería pasar. Por robar, han robado hasta la esperanza modesta, razonable, limitada, de que España mejore. Y no es fácil que podamos recuperarla.