jueves, 4 de abril de 2013




El País siempre al servicio de sus "amos"



Una campaña contra Feijóo a la altura de 'El País'

La publicación en El País de unas fotografías del presidente autonómico de Galicia con un personaje que ocho años después sería condenado por narcotráfico ha servido para que la izquierda y los nacionalistas gallegos desaten una campaña vergonzosa contra Alberto Núñez Feijóo. Se trata de unas imágenes tomadas en 1995, cuando el ahora presidente gallego era un simple cargo administrativo en la Consejería de Sanidad sin capacidad de decisión política. Casi veinte años después, estas fotografías salen a la luz, sin que hasta el momento el grupo Prisa haya explicado cuál es la vertiente noticiosa que pretende destacar con esas imágenes, o la acusación concreta que quiere formular.
Núñez Feijóo ha declarado que sabía de la existencia de esas fotografías, y afirmado que en los últimos años ha recibido recurrentes amenazas de hacerlas públicas. El PSOE gallego, desplomado electoralmente, en los comicios de 2009 llegó a aludir a las mismas para intimidar al entonces candidato del PP, con el estilo mafioso que caracteriza a los socialistas cuando las urnas les dan la espalda. Lo más relevante en esta escalada de juego sucio contra el adversario político, sin embargo, es el papel determinante que el diario del grupo Prisa ha decidido desempeñar, contribuyendo a socavar todavía más una imagen gravemente cuestionada tras los patinazos que han copado sus portadas en fechas recientes.
La izquierda y el nacionalismo gallego recurren a este burdo intento de chantaje por su frustración ante el éxito electoral del líder del PP gallego en las dos últimas citas electorales, gracias a su buena gestión, especialmente en el terreno económico. Tras el desastre del Gobierno bipartito PSOE-BNG, Núñez Feijóo ha conseguido equilibrar las cuentas públicas autonómicas, convirtiendo a Galicia en un modelo a seguir por el resto de comunidades, la mayoría de las cuales siguen asfixiadas por el peso de un déficit incontrolable y unas cifras de paro cada vez más alarmantes. La comparación con el Gobierno de socialistas y nacionalistas es tan abrumadora a favor de los populares que no resulta extraño que los primeros recurran a este tipo de artimañas para sublimar su frustración.
Los muñidores y beneficiarios de esta operación contra el presidente gallego saben de sobra que de esas imágenes no se puede extraer ninguna responsabilidad, ni siquiera en el terreno meramente político; pero, conociendo la solvencia ética de nacionalistas y socialistas, es fácil suponer que van a intentar seguir explotando hasta la extenuación este escándalo prefabricado en la redacción de El País. Lejos de arrojar una sombra consistente de sospecha sobre la moralidad pública de Núñez Feijóo, esta campaña de desprestigio sólo retrata la escasa integridad política de los socialistas y los nacionalistas gallegos, asistidos por un grupo mediático cada vez más mortecino, y no sólo en el terreno financiero.

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