lunes, 11 de marzo de 2013



11-M, 9 años después

¿Por qué? ¿Para qué? ¿Quien? Queremos saber la verdad.........

Estimado D. Eduardo Torres Dulce,

Permítame decirle que he leído con preocupación, y con extraordinaria tristeza, sus declaraciones de esta semana en el Congreso acerca del atentado del 11-M, del que ha dicho que para usted se trata de "un caso cerrado".

Estoy convencido de que usted sabe - como lo saben tantos miembros de la judicatura, de la fiscalía y de las fuerzas y cuerpos de seguridad - que las investigaciones policiales y judiciales sobre el atentado del 11-M han sido una estafa de principio a fin.

Estoy convencido de que usted sabe - como lo saben tantos millones de españoles - que el 11 de marzo de 2004 no hubo en España ningún atentado islamista. Tampoco etarra.
Estoy convencido de que usted sabe - como lo saben muchas víctimas directas de la masacre - que el 11-M fue, en realidad, un golpe de estado ideado, organizado y ejecutado desde lo más siniestro de las cloacas del estado.

Estoy convencido de que usted sabe - como lo saben tantos políticos de uno y otro signo - que el 11-M no buscaba otra cosa que poner en marcha la dinámica de "paz por territorios" que debía conducir a un modelo confederal del estado y que a lo que ha terminado conduciendo, en su lugar, es a la quiebra completa del país.

Estoy convencido de que usted sabe - como lo sabe la sociedad - que la versión oficial del 11-M no es otra cosa que un cúmulo de mentiras con las que se trató de encubrir la verdadera autoría y los auténticos objetivos de aquella masacre que cambió, para mal, la Historia de España.

Estoy convencido de que usted sabe todo eso.
Pero he de confesar que no me consta que lo sepa, así que, para ser justos, voy a concederle a usted el beneficio de la duda. Voy a suponer que no sabe usted nada de todas esas cosas, aunque tiempo ha tenido, antes y después de acceder al cargo de Fiscal General del Estado, de enterarse de aquello que no supiera.

Voy a suponer que usted cree realmente que la versión oficial del 11-M es cierta. Voy a suponer que usted piensa que el 11-M fue verdaderamente un atentado islamista. Voy a suponer que usted está convencido de que lo que el juez instructor y el tribunal sentenciador del 11-M nos contaron, es cierto en líneas generales, aunque pueda estar trufado de chapuzas o de errores de importancia secundaria.

Aún así, es imposible que usted desconozca que la verdad judicial que han intentado vender a los españoles es, ante todo, incompleta:

- Es imposible que usted desconozca que, tras las sentencias de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo, sólo tenemos el nombre de uno de los trece colocadores de bombas en los trenes: Jamal Zougham.

- Es imposible que usted desconozca que ni la Audiencia Nacional ni el Tribunal Supremo han sido capaces de encontrar la más mínima conexión entre ese único condenado por la colocación de una bomba en los trenes y el resto de personas encausadas.

- Es imposible que usted desconozca que la propia sentencia de la Audiencia Nacional se muestra incapaz de efectuar un relato de los hechos, por lo que no sabemos el modo que los terroristas usaron para cometer el atentado: no sabemos las estaciones en las que se subieron a los trenes, no sabemos los vehículos que emplearon para desplazarse hasta ellas, no sabemos cómo
huyeron del lugar del crimen tras depositar los artefactos, ...

- Es imposible que usted desconozca que la propia Audiencia Nacional reconoce que no puede determinar a ciencia cierta la marca de la dinamita utilizada.

Es imposible que usted desconozca todo eso. Es imposible que no sepa que, aunque nos creamos la versión oficial de la masacre, seguimos sin saber casi nada sobre la autoría, la organización y la ejecución del atentado.

Entonces, ¿cómo puede decir que para usted el 11-M está cerrado? ¿No tiene usted obligación, como Fiscal General del Estado, de determinar quiénes fueron los otros doce colocadores de bombas del 11-M que aún no han sido identificados? ¿No le asalta a usted, como español, la curiosidad por saber
qué explosivo se utilizó para asesinar a 192 españoles? ¿No siente usted, como simple ser humano, el impulso de ofrecer un relato detallado de los hechos a las víctimas de la masacre que están reclamando justicia?

Pero, además, me consta que no vive usted aislado del mundo. Y que es consciente de lo que los medios de comunicación publican.

Por tanto, es imposible que usted no sepa que la investigación oficial del 11-M está plagada de gravísimas irregularidades, manipulaciones, ocultaciones y mentiras:

- Es imposible que usted no sepa que la condena del único acusado de colocar bombas en los trenes se basó exclusivamente en dos testimonios oculares enormemente inconsistentes.

- Es imposible que usted no sepa que existen gravísimas sospechas de que esos dos testimonios podrían haber sido comprados, hasta tal punto que un juzgado ha admitido a trámite, recientemente, la querella por falso testimonio contra esos testigos de cargo.

- Es imposible que usted no sepa que todas las pruebas directas de la masacre fueron escamoteadas, junto con los propios vagones que fueron escenario del crimen.

- Es imposible que usted no sepa que han desaparecido todos los informes
sobre las pruebas recogidas en los vagones antes de su desaparición.

- Es imposible que usted no sepa que, una vez escamoteadas las pruebas directas, todo el caso del 11-M descansa sobre una mochila-bomba que apareció 18 horas después del atentado en una comisaría de Policía, en unas circunstancias que ponen sobre la mesa la sospecha de que se trató de una prueba colocada, puesto que nadie vio ese artefacto, ni en los trenes, ni en las estaciones, ni el propio trayecto hasta la comisaría.

- Es imposible que no sepa - porque de hecho ha tenido usted una intervención en el caso - que parte de los restos de los trenes se ocultaron durante más de ocho años en un cobertizo de Villaverde, sin que su existencia quedara recogida en el sumario.

- Es imposible que usted no sepa que no ha prosperado ninguna de las querellas con las que nos han intentado acallar y amedrentar a los periodistas y medios que investigamos la masacre, habiendo quedado acreditadas en sede judicial muchas de las irregularidades que hemos denunciado.

- Es imposible que usted no sepa que tres de las cuatro asociaciones que agrupan a las víctimas de la masacre están denunciando desde hace años esas irregularidades y que hasta el momento solo han conseguido que se les cierre en las narices cada puerta judicial que se entreabre.

Es imposible que desconozca usted todo eso. Por eso me decepcionan más y me entristecen más sus declaraciones.

Porque lo que me indican es que, a pesar de saber que no se ha hecho Justicia en el caso del 11-M, no tiene usted la menor intención de hacerla.

Con esas declaraciones, desprestigia usted (¡aún más!) a la Justicia y desprestigia usted el cargo que ocupa.

Pero lo peor de todo no es eso. Lo peor es que se está usted desprestigiando a si mismo desde el punto de vista humano, dilapidando el capital de confianza que en usted habían depositado muchos que creyeron de buena fe - que creímos de buena fe - que usted era, de verdad, un hombre justo e
independiente. Y que ahora descubren que solo es usted otro figurante más de ese teatro en que se ha convertido la Justicia española.

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