domingo, 13 de mayo de 2012

El 15-M y sus mentiras

Detrás de este movimiento ciudadano hay mucha tela, pero mucha. Es poco creíble que vayan por libre y menos aún que sea casualidad el seguimiento mediático que tienen, principalmente de RTVE. Esperemos que pronto sea una realidad ese cambio de rumbo que anunció el Gobierno y que por higiene democrática hace falta YA. Lean, lean las 15 mentiras del 11-M. Muy currado el trabajo.




1.- Es mentira que se esfuercen en proteger las raíces de la democracia. Las arrancan de cuajo y sin contemplaciones siempre que violan las leyes y disposiciones de las autoridades, algo que han hecho a menudo y enfundándose en un cínico victimismo.

2.- Es mentira que estén desligados de los movimientos antisistema. No propugnan la reforma del actual estado de cosas sino, por subversiva elevación, la destrucción del orden establecido para levantar otro: el clásico sueño utópico de no pocos totalitarismos.

3.- Es mentira que presenten herramientas concretas para el cambio. Simplemente han trazado unas líneas-fuerza y objetivos a conquistar, muchos inaceptables en el mundo desarrollado y en la Europa civilizada, menos bien entrados ya en el siglo XXI.

4.- Es mentira que defiendan a los políticos responsables. Los han criminalizado en su conjunto confundiendo deliberadamente a justos con pecadores, a ejemplares con incompetentes, a formidables gestores con ladrones y gorrones, negándose por añadidura a condenar casos flagrantes de corrupción protagonizados por cargos públicos y sindicalistas de «la izquierda».

5.- Es mentira que defiendan a quienes están sufriendo la crisis. Sus salvajes estragos han generado pérdidas extraordinarias a honrados comerciantes que luchan cada día por sobrevivir y que han visto atacados sus derechos, sus libertades y sus propiedades con daños calculados en decenas de millones de euros.

6.- Es mentira que quieran más democracia y que la soberanía resida en el pueblo. Propugnan, simplemente, la ruptura hacia un modelo mixto de perfiles socialistas, comunistas y anarquistas: en absoluto se sienten incómodos con experimentos como los bolivarianos, que tanto daño han hecho a las sociedades abiertas.

7.- Es mentira que sean pacifistas. Han cruzado la línea de la desobediencia civil o la objeción de conciencia, ejerciendo la violencia a través de tácticas de guerrilla urbana que en casos concretos como en Cataluña han representado una verdadera vergüenza nacional.

8.- Es mentira que crean implacablemente en el sufragio. Si no hubiese partidos de su gusto a los que poder votar, ya habrían fundado uno (superando su pereza y trascendiendo sus alborotos) para poder ejercer un derecho político y constitucional sagrado en la modernidad.

9.- Es mentira que se rebelen contra toda forma de injusticia social. Carece de toda justicia que, en su obsesión por privatizar los espacios de todos por la vía de los tenderetes, hayan hurtado a compatriotas corrientes y molientes de su libertad de movimientos llegando a dañar la propia salud pública.

10.- Es mentira que sean solidarios. Si así fuese, no estarían ocupando las plazas de España sino, de forma callada, ayudando a servir platos de sopa a los hambrientos y los pobres que se multiplican cada día en este país y encuentran el amparo en organizaciones vinculadas a la Iglesia.

11.- Es mentira que sean apartidistas. Sencillamente se oponen a «algunos» partidos que no son de su agrado: los que propugnan, con mayor o menor acierto, programas de gobierno socialdemócratas, liberales o conservadores.

12.- Es mentira que se organicen de forma horizontal. En la planificación, la ejecución y el control de sus acciones se rigen, en última instancia y en los momentos decisivos, por patrones verticales de corte soviético.

13.- Es mentira que se rebelen contra toda forma de impunidad. Se han esforzado en cortocircuitar las penas y las multas para muchos de los que, más allá de las soflamas de turno, han perpetrado delitos tipificados en el Código Penal.

14.- Es mentira que representen lo que la mayoría piensa. Sus acólitos no se miden por millones ni en las calles (como se comprueba ya estos días), ni en los registros de firmas de sus manifiestos (basta con acceder a sus páginas en internet).

15.- Es mentira que sean inconformistas. Hay que ser mansos y oportunistas para generar estallidos de rebeldía sólo cuando el calendario y el buen tiempo lo ponen en bandeja.

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